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febrero 06, 2012

S2-EEI - SÍNDROME DE DOWN (7 de 7)


Materia: EDUCACIÓN ESPECIAL I
Unidad: 2

Libro: SÍNDROME DE DOWN, HACIA UN FUTURO MEJOR. GUÍA PARA LOS PADRES.
Autor: Pueschel S. M.
Editorial: Salvat Editores



CAP 18. EL HOGAR Y LA COMUNIDAD COMO FUENTE DE DESARROLLO SOCIAL

     Incluso cuando los niños con síndrome de Down comienzan a acudir a la escuela, existen todavía muchas horas del día en las que pueden relacionarse con los demás en el entorno de su hogar y de su comunidad. hay, por lo menos, una hora por la mañana mientras se preparan para irse a la escuela, varias por la tarde mientras juegan, y más horas al atardecer cuando pueden divertirse con los miembros de la familia y con otras personas. Se dispone aún de más tiempo durante los fines de semana, las vacaciones y los días de fiesta, de forma que, en total, el niño que pasa más horas en casa y en otros lugares que en la escuela.
     Esta claro que no se aprende sólo en la escuela; al niño le esperan numerosas experiencias en su hogar, en su ambiente comunitario o cuando esta jugando con un amigo. Este proceso educativo se acentúa cuando unos familiares cariñosos y comprensivos ayudan a ese niño a alcanzar sus máximas posibilidades.

ACTIVIDADES DE DESARROLLO EN EL HOGAR

     El niño con síndrome de Down puede beneficiarse de numerosas actividades de desarrollo que se llevan a cabo en casa. Mucho puede hacerse, particularmente, en el terreno del lenguaje. La forma en que los padres hablan a un niño, explicándole situaciones y sucesos o leyéndole cuentos estimulará sin duda alguna sus facilidades de comunicación. En el terreno del aseo personal se aprende mucho al vestirse y desnudarse y cuando se le deja escoger su propia ropa. Le agradará también disponer de su propio lugar para guardar su ropa, y puede aprender a ordenar sus cosas en un cajón o en alguna parte de un armario. La ropa no tiene por que ser cara, pero hay que pensar muy bien en la comodidad y el atractivo del vestido de las personas con síndrome de Down. Debemos atender sus deseos y preferencias cuando les compremos ropa,  y a menudo mostrar cierto orgullo cuando puedan escoger su propio vestuario y vestirse correctamente. Es conveniente que los niños lleguen a darse cuenta de que quienes le están observando se sienten orgullosos de cómo lucen y cómo están vestidos. El llamarles la atención sobre el buen aspecto de los demás y el familiarizarles con los hábitos del vestir les ayudará a desarrollar su propia estimación.
     Los niños necesitan también que se les enseñe higiene personal como cepillarse los dientes a diario, lavarse las manos, peinarse y cepillar el cabello, y limpiar y frotar los zapatos. Son mejor aceptados en sociedad cuando se adaptan a las normas generales de aseo, llevan el pelo correctamente arreglado y se visten con propiedad.
     Además, los padres pueden ayudarles en sus necesidades emocionales. Como todos los niños, estos necesitan amor, atención y aceptación. Requieren un entorno en el que puedan crecer con seguridad, donde puedan desarrollar su independencia y su propia estima. El que los niños se encuentren a gusto consigo mismos,  confíen en sí mismos y puedan experimentar la sensación de éxito, por pequeño e insignificante que parezca éste, es muy importante para su propia imagen. Si los padres perciben a los hijos de una forma positiva, estos lo captarán y se sentirán aceptados y queridos. El bienestar emocional es de la máxima importancia en el desarrollo de cualquier niño, pero lo es mucho más para el niño con síndrome de Down.
     Otro campo en el que los padres pueden influir de forma muy positiva es en el desarrollo de la independencia. La lucha por confiar en sí mismo es un rasgo sobresaliente en el proceso de madurez del niño con síndrome de Down. Es importante que en el desarrollo de su propia estima se sientan satisfechos y realizados cuando desempeñen algo por sí mismos. Por tanto, sería bueno que les presentáramos situaciones que no fueran demasiado difíciles y que les ofreciéramos la posibilidad de superarlas con éxito. Las situaciones complicadas no conducen más que a la frustración. Esto no significa que no vayamos a exponerles nunca a circunstancias nuevas y cambiantes. A veces tendrán que intentar una tarea una y otra vez, y habrá que infundirles ánimo con paciencia, pero al final, cuando aquella se haya realizado el niño se sentirá plenamente satisfecho.
     Los padres se preguntan a menudo por la disciplina. En términos generales puede decirse que la disciplina debe ser parte integra de la educación normal de cualquier niño. Sin embargo, es importante que se aplique la disciplina de manera suave pero consecuente, tanto en casa como en la escuela, de forma que el niño comprenda que en ambos entornos rigen las mismas normas. El comportamiento social de los niños tiene importancia a la hora de determinar sus oportunidades en la vida. Una conducta social correcta guarda relación directa con el grado de aceptación del individuo por parte de la sociedad y con el éxito de su futuro profesional. Por eso, los niños aprenden a responsabilizarse y desarrollan un sentido del orden cuando se fijan los límites y se establecen normas.


ACTIVIDADES DE DESARROLLO EN LA COMUNIDAD

     Explorar el mundo más allá del hogar y de la escuela puede proporcionar muchas muestras excitantes de conocimiento. Mientras pasean por el barrio o van en coche por la carretera. los niños han de aprender las normas del tráfico y los peligros que entraña quedarse en la calzada. Por ejemplo, tienen que aprender que cuando las luces del semáforo señalan rojo significa "parada", y que el verde significa "adelante". Unos simples juego, con un niño que represente al guardia como policía de tráfico, sea con un silbato, movimiento  de brazos, o señales de papel verde y rojo, ayudará a sus hijos a fijar éstas señales en su mente. Ya que resulta peligroso cruzar la calle, hay que enseñarles a los niños a estar atentos a los peligros. Necesitan saber cuándo, dónde y cómo han de cruzar. Hay que enseñarles a mirar a ambos lados antes de cruzar, y que los pasos de cebra indican por dónde se cruza la calle con más seguridad. Deben saber que no pueden correr en sentido diagonal por una calle sin mirar a derecha y izquierda. Los peligros que presenta el tráfico, tanto en la ciudad como en las carreteras, hacen que sea vital para el niño comprender los símbolos viales  lo antes posible.
     Cuando están en la calle, los niños se darán cuenta de la existencia de coches y de grandes autobuses. Deben  aprender sombre ambos, porque algún día querrán ir al trabajo en un transporte público. Al acceder al autobús han de mostrarse educados, dejando pasar a alguien primero, o ayudando a otros que tengan dificultades para subir al autobús. También han de saber cómo pagar el viaje al conductor o ingresarlo correctamente en la máquina.. En el autobús el niño puede aprender muchas cosas, incluso cómo comportarse en público y cómo manejarse por la ciudad. Viajar en tranvía, autobús, metro o tren puede ser motivo de gran diversión para los niños a causa del paisaje y las experiencias que ello les proporciona. Por ejemplo, podrán aprender lo que es un puente y para que sirven los túneles, al tiempo que descubren un nuevo mundo al observar la vida agitada de la ciudad.
     Comer en un restaurante es otra ocasión oportuna para aprender, especialmente en el área del comportamiento social. Al principio, habrá que preparar al niño para estos casos. Si los miembros de la familia son un buen ejemplo, el niño les seguirá y les imitará. Generalmente, los niños con síndrome de Down guardan buenas maneras en la mesa si se les ofrece un buen modelo de conducta.
     Para vivir en sociedad estos niños tienen que alcanzar un nivel de competencia en el trato social. Han de aprender a comportarse en el mundo exterior y a relacionarse con la gente, ya sea en un restaurante, en un parque público, en un museo o en un campo de deportes. Tienen que aprender a respetar los derechos y las propiedades de los demás, a respetar la conducta de los miembros de la familia, de la comunidad y de los vecinos. Si saben cómo comportarse en  sociedad, los demás se relacionarán cómodamente con ellos. Los niños con síndrome de Down no suelen tener dificultad para relacionarse con la gente de forma amistosa y abierta, aunque a veces pueden ser demasiado cordiales. Si se les enseña ñas formas sociales correctas, incluyendo el "no hablar con extraños", su vida será más agradable y aumentarán sus oportunidades de ser aceptados en la comunidad.
     Los vecinos tienen una misión importante que cumplir en el esfuerzo del niño por conseguir su socialización. Los padres deben presentar a su hijo ante sus vecinos con orgullo por tener ese hijo, sus vecinos mirarán al niño de la misma forma. Estos niños tienen que aprender a saludar a sus vecinos con educación y alegría, y se les debe enseñar también a ayudarles cuando haga falta.
     Aunque las relaciones sociales son un aspecto importante en la vida del niño, éste debe aprender también a estar sólo en algún momento del día y a entretenerse por sí mismo. Los momentos de sosiego son también momentos de desarrollo. Es en esos momentos cuando el niño puede asimilar ideas que han venido adquiriendo e intentar nuevas cosas por sí mismo. El niño debe tener juguetes apropiados y material para usar, de forma que esos momentos de tranquilidad no le aburran o le lleven a buscar conductas de autoestimulación. Todos necesitamos un tiempo para nosotros mismos, y estos niños no son una excepción. Debemos respetar su deseo de estar solos y no interpretarlo como una retirada o un gesto antisocial. En este sentido, al igual que con las otras formas de apoyo que hemos comentado aquí, estamos ayudando a nuestros hijos a prepararse para la vida.