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enero 28, 2012

S1MC - Introducción al análisis experimental de la conducta


Materia: MODIFICACIÓN DE LA CONDUCTA
Unidad: 1

Libro: COMPENDIO DE CONDICIONAMIENTO OPERANTE
Autor: G. S. Reynolds
Editorial: Editorial Ciencias de la Conducta

INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS EXPERIMENTAL DE LA CONDUCTA


¿QUÉ ES EL CONDICIONAMIENTO OPERANTE?


     El condicionamiento operante es una ciencia experimental de la conducta. En una forma más estricta, el término condicionamiento operante se refiere a un proceso en el cual la frecuencia con que está ocurriendo una conducta, se modifica o se altera debido a las consecuencias que esa conducta produce. Con el tiempo el condicionamiento operante ha pasado a ser una verdadera aproximación de la psicología científica. Lo  que en general caracteriza esta aproximación es, por una parte,  un determinismo en el comportamiento,  y por la otra un análisis experimental de la conducta. Asimismo, se distingue por su interés en el estudio de la conducta operante o instrumental, sin descuidar el estudio de la conducta refleja.

     Como aproximación al estudio de la conducta, el condicionamiento operante consiste en: un conjunto de principios acerca de la conducta y del medio ambiente, los cuales pueden ser usados para dar una descripción científica y objetiva de la conducta y del medio ambiente dentro del cual se manifiesta; un grupo de técnicas y procedimientos destinados al estudio experimental de la conducta dentro del laboratorio; y en un abundante conjunto de hechos y principios que han sido demostrados experimentalmente.

      El condicionamiento operante se interesa en la relación existente entre la conducta de un organismo y el medio en el que habita. El conocimiento que el condicionamiento operante obtiene a través de su investigación experimental, se refiere a los efectos que se producen en la conducta cuando se modifica sistemáticamente el medio ambiente. el condicionamiento operante pretende entender la conducta mediante el conocimiento de los factores que modifican a la conducta. Como una ciencia objetiva, se limita al estudio de aquellos elementos que pueden ser observados, medidos y reproducidos. La ciencia del condicionamiento operante ha acumulado una gran cantidad de conocimientos y ha dado  grandes pasos hacia la solución en forma completa y adecuada al problema planteado por la pregunta ¿Qué hace que los organismos respondan de la manera en que lo hacen?

     Entre los psicólogos que utilizan esta aproximación existen diferencias en cuanto al grado de confianza que le tienen a los principios del condicionamiento operante. En un lado están aquellos que solo aceptan las técnicas experimentales porque son métodos convenientes para estudiar la conducta, y por el otro, están quienes aceptan las creencias y los resultados del  condicionamiento operante como algo verdaderamente  descriptivo de la conducta y como normas para conducir sus propias vidas.

     En el presente compendio se presentan en la forma más concisa pero completa posible, los conceptos, métodos y resultados del condicionamiento operante. Este primer capítulo se destinará al estudio de los principios básicos sobre los que se fundamenta esta ciencia, y para definir algunos conceptos fundamentales.

LA EXPLICACIÓN DE LA CONDUCTA

     ¿Qué es lo que hace que los organismos se comporten de la manera que lo hacen? A esta pregunta se han dado respuestas incompletas e insuficientes. Por ejemplo, se dice que un hombre va a una tienda porque "quiere" un determinado artículo que se vende en esa tienda. Se dice que un niño roba alguna cosa porque funcionó su "superego". Si un perro da brincos y mueve la cola, se dice que "necesita afecto". Estas explicaciones (las cuales están dadas en términos de deseos, o de partes hipotéticas del aparato mental de un organismo, o de las supuestas necesidades de un sujeto) no se aceptan dentro  del condicionamiento operante, ya que no especifican las condiciones ambientales presentes bajo las cuales ocurrirá con certeza la conducta. En lugar de esto,  con frecuencia se dan explicaciones que en sí mismas necesitan ser explicadas. Por ejemplo, todavía será necesario determinar las condiciones bajo las cuales un hombre querrá ir a la tienda, las condiciones en las que el superego del niño no va a funcionar, o las condiciones en las que las necesidades del perro serán expresadas mediante juegos.

     En el condicionamiento operante, una explicación adecuada de la conducta será aquella que especifica las condiciones presentes que en forma confiable producen la conducta que se está explicando.Las afirmaciones acerca de las causas de la conducta se aceptan como válidas solo cuando especifican lo que realmente se puede hacer en determinadas circunstancias para producir la conducta. Sólo se podrá entender a la conducta cuando sea posible mostrar experimentalmente que bajo ciertas condiciones los cambios en el medio dan resultado cambios en la conducta. Debido a que la explicación en el condicionamiento operante incluye tanto la producción experimental como la manipulación de la conducta, el control real de la conducta constituye la parte esencial del proceso de explicación. En la investigación  operante el entender a la conducta quiere decir controlarla, y viceversa.

Los determinantes Ambientales de la Conducta

     El especificar las condiciones ambientales bajo las cuales la conducta ocurrirá en forma confiable no es tan difícil como pudiera parecer. De hecho, la ciencia del condicionamiento operante ha progresado bastante en demostrar como la conducta puede ser controlada por el medio ambiente, y cómo ese medio ambiente puede ser descrito en forma objetiva y detallada.

     Hay dos tipos de determinantes ambientales de la conducta: uno contemporáneo y otro histórico. La conducta de un organismo en un momento dado está determinada no solo por la acción del medio ambiente presente, sino también por la historia previa del organismo con ese medio o con medios familiares. Así por ejemplo, un individuo detiene su auto en un cruce de calles no solo porque hay una luz roja, sino también por sus experiencias previas tenidas con la luz roja de otros semáforos. Un niño deja de platicar cuando se le ordena que se calle no solo porque se le ha indicado hacerlo, sino también por las experiencias previas tenidas al no obedecer una orden. Un perro corre a la cocina cuando se saca su alimento de la alacena no solo por el ruido que hace la lata de alimento, sino también por sus experiencias previas con tal ruido.

     El condicionamiento operante se interesa en el análisis experimental de estos dos tipos de determinantes de la conducta. Al trabajar con las causas contemporáneas, trata de determinar a través de la observación y de la experimentación, cuál es el ambiente responsable de la conducta. En el ejemplo anterior, el individuo detiene su auto cuando la luz es roja, y no cuando es verde; y continúa su marcha cuando el color de la luz cambia de rojo a verde. La luz roja es la condición ambiental que produce la conducta específica de detenerse. Al manipular experimentalmente las condiciones contemporáneas de las cuales la conducta es una función, podemos controlar la conducta del individuo. Así por ejemplo, si ponemos la luz roja en el semáforo, el individuo se detiene; si dejamos que el semáforo continúe con la luz verde, no se detendrá.

     Los determinantes históricos de la conducta son más difíciles de especificar, ya que en la historia del sujeto se ven mezcladas varias experiencias. Sin embargo se pueden especificar tan exactamente como los determinantes contemporáneos. En el caso del perro que corre a la cocina, podemos suponer que el ruido de la lata produjo la carrera, debido a la experiencia previa del perro. En forma específica podemos suponer que la carrera ocurre después del ruido, debido a que en el pasado esta conducta ha sido seguida por la obtención de alimento de la lata. Pero esta explicación, a menos de que se amplíe, no irá más allá de la explicación que dice el perro corre "porque quiere alimento". Hasta ahora no hemos demostrado exactamente qué experiencias históricas son necesarias para que la conducta ocurra.

     El hecho de que la experiencia obtenida en el pasado con la secuencia ruido-carrera-comida sea en parte responsable de la conducta presente, puede establecerse experimentalmente mediante dos métodos igualmente probables. Uno de ellos sería cambiar la experiencia del perro y ver si esto resulta en algún cambio en su conducta. Dado que la experiencia histórica del perro está en el pasado, no puede ser cambiada directamente; pero es posible crear una nueva historia de experiencias en el perro, exponiéndolo en varias semanas a nuevas y diferentes experiencias. Por ejemplo, supongamos que de ahora en adelante se anuncia el alimento del perro con un silbido, y no con el ruido de la lata. Esta práctica requiere de lo siguiente: 1) Que saquemos la carne de la lata haciendo ruido y no le demos el alimento al perro aun si este viniera a la cocina, y 2) Colocando la lata sin hacer ruido silbemos al perro cuando le demos de comer. Si como habíamos supuesto el perro corría a la cocina cuando oía el ruido de la lata y a esto le seguía la aparición de alimento, el perro ahora deberá correr a la cocina cuando silbemos y no hará esto cuando oiga el ruido de la lata. Con el tiempo, el silbido viene a ser un evento en presencia del cual el correr a la cocina trae como consecuencia la obtención de alimento, y el ruido de la lata se vuelve un evento en presencia del cual el correr no irá seguido de alimento. Si la conducta del perro no cambia en nuestro experimento, seguramente habremos hecho una suposición incorrecta acerca de los determinantes históricos de la conducta.

     Un segundo método para estudiar los determinantes históricos de la conducta, consiste en crear la misma historia de experiencias en otro organismo similar. Si lo que suponíamos está bien fundado, entonces cualquier otro perro correrá también cuando oiga el ruido de una lata, si es que la conducta de correr, después de producirse el ruido, condujo siempre a la obtención de alimento en la historia de ese perro. Como lo indican estos dos métodos, el condicionamiento operante rechaza las solas especulaciones acerca de las causas de la conducta y espera a dar una demostración experimental directa de los determinantes contemporáneos e históricos de la conducta.

Afirmación resumida

     Un análisis experimental como el descrito anteriormente ha conducido a la siguiente afirmación resumida: las características de la conducta y su probabilidad de ocurrencia, están determinadas por las condiciones ambientales, por los eventos que preceden o acompañan a la conducta, por los eventos ambientales que cambian como consecuencia de la conducta y por la experiencia previa del organismo con el medio ambiente. Así, dentro del contexto de esta afirmación el condicionamiento operante estudia la conducta.

     Dentro de la formulación anterior, el término conducta se refiere a todo aquello que hacen los organismos.  La mayoría de la conducta puede ser observada, como la carrera del perro hacia la cocina. Otro tipo de conducta, como hablar por ejemplo, solo puede ser escuchada. Hay otro tipo más de conducta como pensar, a la cual solo tiene acceso la persona que  presenta esa conducta. También dentro de esta formulación, el medio ambiente incluye a todo aquellos que afecta al organismo, ya sea con un efecto inmediato o posterior. Por lo tanto, el medio ambiente incluye la  conducta del organismo, ya que uno de los determinantes de la conducta puede ser su conducta precedente. Las consecuencias de la conducta son simplemente los eventos ambientales que siguen de cerca la conducta en sentido temporal. En nuestro ejemplo anterior, la consecuencia de correr a la cocina fue la aparición del alimento.

     En el condicionamiento operante se da énfasis a la probabilidad de que la conducta ocurra. En nuestro ejemplo tácitamente suponíamos que el perro siempre correría a la cocina cuando escuchara el ruido y que luego correría cuando oyera el silbido: es decir, suponíamos que la probabilidad de correr sería de 1.0. Puesto que este grado de perfección no siempre se obtiene al trabajar con la conducta, por lo general hablamos de la probabilidad de que la conducta ocurra bajo ciertas condiciones. Si el perro solo corriera la mitad de las veces que silbáramos, la probabilidad de correr sería de 0.5. En base a esto, un significado de probabilidad es la frecuencia de ocurrencia de la conducta, en relación a la frecuencia de ocurrencia de ciertas condiciones ambientales.

     La probabilidad también puede ser entendida como frecuencia absoluta o tasa de ocurrencia. la conducta que ocurre más frecuentemente ahora que en el pasado, es más probable ahora de lo que fue anteriormente. Como veremos en el capítulo III, otras características interesantes de la conducta, aparte de su tasa de ocurrencia, están determinadas por el medio ambiente y por las consecuencias que produce.Sin embargo, ya que el fin principal del condicionamiento operante es predecir y manipular la ocurrencia de una cierta conducta bajo un determinado conjunto de condiciones ambientales, uno de sus principales objetivos de estudio es la tasa o probabilidad de ocurrencia de la conducta que está bajo esas condiciones.


LOS CONCEPTOS BÁSICOS DE LA CONDUCTA

     Cualquier ciencia experimental se basa en descripciones y en experimentos. El sistema descriptivo de una ciencia divide su objeto de estudio en elementos que pueden ser claramente definidos y comunicados. Los conceptos básicos del condicionamiento operante describen al medio y a la conducta en forma confiable y precisa. Como resultado de esto, todos los miembros de la comunidad científica que estén interesados en la conducta y en su control, estarán en condiciones de entender las descripciones y reproducir las mediciones de la conducta y del medio, las cuales son las bases de la ciencia.

Estímulos y respuestas

     En el condicionamiento operante, la conducta se considera dividida en unidades llamadas respuestas. al medio ambiente se le concibe dividido en unidades llamadas estímulos. Desafortunadamente ambos términos pueden confundirnos ya que en el condicionamiento operante no se les da el significado común y corriente que esos términos podrían sugerir. Por ejemplo, las respuestas o unidades de conducta no tienen que ser "contestaciones" al medio ambiente. En efecto más adelante veremos que uno de los conceptos fundamentales del condicionamiento operante es que  la mayor parte de la conducta no es algo que por la fuerza produzca el medio en un organismo. Ni tampoco los estímulos necesariamente incitan al organismo a la acción. Es fundamental estudiar al medio desde un punto de vista totalmente opuesto. Así, es necesario que entendamos definiciones precisas de estos términos, como son usadas en el condicionamiento operante.

     Las respuestas que integran a la conducta se agrupan en dos clases: una recibe el nombre operante o instrumental; la otra clase se llama refleja o respondiente. En el condicionamiento operante, a estos tipos de respuestas se les llama operantes y respondientes.

     Al medio se le divide en varias clase de estímulos. Una de ellas, los estímulos evocadores, está compuesta de eventos ambientales que regularmente van antes que las respuestas. Estos estímulos evocan respuestas relativamente fijas y estereotipadas llamadas respondientes, a las que nos referimos anteriormente. Una segunda clase de estímulos, los estímulos reforzantes o reforzadores, está compuesta de eventos ambientales que van después de las respuestas. Los estímulos reforzantes incrementan la frecuencia de las respuestas a las que siguen; incrementan la probabilidad de que estas respuestas ocurran en la conducta futura del organismo. Esas respuestas que se hacen más probables cuando van seguidas de reforzadores, son las operantes también mencionadas anteriormente. Los miembros de una tercera clase de estímulos, llamados estímulos discriminativos, acompaña  o van antes de las respuestas pero no las evocan de la manera que los estímulos evocadores evocan a las respondientes. Más bien la presencia de un estímulo discriminativo incrementa la probabilidad de aquellas operantes que que han sido reforzadas en el pasado en  presencia de los mismos estímulos discriminativos. Hay otra clase de eventos compuesta de estímulos que en cualquier ocasión no producen ningún cambio en la conducta, ya sea que vayan antes de la respuesta, la acompañen o vayan después de ella.

     Estas divisiones de la conducta y del medio constituyen los conceptos fundamentales de la aproximación al estudio de la conducta denominada condicionamiento operante. Estos conceptos han surgido de los esfuerzos de los psicólogos experimentales en describir la conducta y el medio en términos que resulten científicamente útiles. Hasta ahora, nos hemos referido a ellos en forma esquemática. Lo que sigue a continuación es una análisis más detallado de tales conceptos.

Respondientes y Estímulos Evocadores

     La Naturaleza ha dotado a todos los organismos de reflejos o respuestas innatas heredadas, ante ciertos eventos ambientales. En general, estas respuestas proporcionan un mantenimiento y una protección conductual automática para el animal desde sus más tempranos contactos con el medio. Una espina que se clava en la parte en la pata de un perro, automáticamente evoca la respuesta de flexión, elevando la pata. Una luz brillante echada al ojo, evoca la contracción de la pupila. El vinagre en la lengua evoca la secreción de las glándulas salivales. Una caricia en la palma de la mano de un niño evoca la respuesta de prensión. Un ruido fuerte repentino evoca sobresalto. En cada uno de estos reflejos, un estímulo evoca una respuesta debido a la estructura heredada por el organismo y no por que el organismo haya tenido una experiencia previa con el estímulo. El mismo estímulo evocara la misma respuesta en todos los organismos normales de la misma especie (y para ser más técnicamente precisos, del mismo sexo y edad). Ya antes le dimos a este estímulo el nombre de evocador, y a la respuesta el de respuesta respondiente.

     Vamos a mencionar dos características de las respondientes que merecen atención especial debido a que juegan un papel importante al hacer una distinción entre respondientes y operantes. Primero, la frecuencia de ocurrencia de una respondiente depende básicamente de la frecuencia de ocurrencia de un estímulo evocador. Las respondientes raramente ocurren espontáneamente, esto es, en ausencia de un estímulo evocador. Para incrementar o para reducir la frecuencia de ocurrencia de una respondiente, sólo será necesario aumentar o reducir la frecuencia del estímulo que la evoca. Segundo, las consecuencias de las respondientes (o sean los eventos ambientales que van después de ellas) por lo general no afectan la frecuencia de las respondientes. Una espina que se clava, en la planta del pie, por ejemplo, evocará la flexión de la pierna sin importar  si se saca o no la espina como resultado de la flexión.


CONDICIONAMIENTO RESPONDIENTE

     La conducta respondiente de un organismo varía muy poco o nada a lo largo de la vida del organismo. La flexión evocada por una espina que se clava en la pata de un perro adulto, es esencialmente la misma flexión evocada en un perro joven por el mismo estímulo. Lo que sí sucede durante la vida de un organismo es que los estímulos nuevos que previamente son inefectivos, adquieren el poder de evocar respondientes en un organismo. Esto ocurre cuando un estímulo nuevo ocurre una y otra vez al mismo tiempo (o un poquito antes) que un estímulo evocador. Poco a poco, el estímulo novedoso puede evocar una respondiente de manera similar a aquella respuesta producida solamente por el estímulo evocador.

     El proceso mediante el cual un estímulo nuevo adquiere el poder de evocar una respondiente se llama condicionamiento respondiente. El ejemplo tradicional de este proceso es el condicionamiento de la respuesta de salivación. Al principio la presencia física del alimento o del ácido en la boca produce salivación. Poco a poco, durante la edad temprana de un organismo la visión o el olor del alimento también evocan salivación ya que regularmente acompañan o van antes del estímulo evocador original, es decir, el alimento en la boca.

     En el capítulo 8 se analizará en detalle las respondientes y su condicionamiento. Por ahora baste recordar dos hechos: primero: las respondientes son la conducta innata comúnmente evocada por estímulos específicos que la preceden y en gran medida es insensible a la estimulación que va después de ella. Y segundo, el condicionamiento respondiente involucra la presentación repetida de un estímulo novedoso junto con otro estímulo que ya posee el poder de evocar la respondiente.


CONDICIONAMIENTO OPERANTE

     Las respondientes evocadas presentan solo una pequeña porción de la conducta de los organismos superiores. La conducta restante es operante. No existen estímulos ambientales evocadores de la conducta operante; ésta conducta tiene la propiedad de simplemente ocurrir. En la terminología del condicionamiento operante, las operantes son emitidas por los organismos. El perro corre, camina y juguetea; el ave vuela, el chimpancé brinca de árbol en árbol; el bebé balbucea vocalmente. En cada caso, la conducta ocurre sin ningún estímulo. La causa inicial de la conducta operante está dentro del mismo organismo. Este, simplemente utiliza su estructura esquelética y muscular heredada, en relación con el medio en el que se encuentra. Emitir conducta operante es parte de la naturaleza biológica de los organismos.

Estímulos Reforzantes y Conducta Operante

     La observación nos indica claramente que hay algunas operantes que ocurren más frecuentemente que otras, y que la frecuencia con que ocurre una cierta operante puede ser cambiada. Una observación más cerca sugiere que la frecuencia de ocurrencia de una operante está influenciada en gran medida por las consecuencias que produce. Mientras que la frecuencia de la conducta respondiente está determinada principalmente por la frecuencia del estímulo que evoca (el evento ambiental que va antes que ella), la frecuencia de la conducta operante básicamente está determinada por el efecto que produce (el evento ambiental que va después de ella).

     Los efectos o consecuencias de la conducta pueden ser la aparición de una parte adicional del medio o bien la desaparición de una parte de ese medio. Si la aparición de un estímulo como consecuencia de una respuesta resulta en una mayor probabilidad de que la respuesta ocurra en un futuro, el estímulo recibe el nombre de estímulo reforzante positivo o reforzador positivo. Si la desaparición de un estímulo como consecuencia de una respuesta en que la respuesta ocurra en un futuro con una mayor probabilidad, el estímulo recibe el nombre de estímulo aversivo o reforzador negativo.

     Un reforzador siempre se define en términos de sus efectos sobre la frecuencia posterior de la respuesta que inmediatamente lo precede. Por ejemplo, un día un perro abre con sus patas delanteras la puerta de su patio de juego. Si esta conducta ocurre con más frecuencia en el futuro,  el acto de abrirse la puerta del patio se le denomina reforzador positivo. El reforzamiento negativo involucra la eliminación de un estímulo aversivo. Supóngase que el perro intenta sacarse una garrapata rascándose en el costado de una celosía. Si en el futuro hay una tendencia a rascarse en la celosía cada vez que se le pega una garrapata, al insecto lo denominamos estímulo aversivo, y a su eliminación reforzador negativo el cual refuerza la respuesta de rascarse en la celosía.


Estímulos Discriminativos y Control de Estímulos

     La mayoría de las operantes ocurren con alta frecuencia solo bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, rara vez una persona recitará el poema "Suave Patria" a menos de que tenga una audiencia que lo escuche. El perro entra a la cocina en forma infrecuente excepto a la hora acostumbrada de sus alimentos. Rara vez una persona apagará un radio que no de señales de estar encendido. Estos son ejemplos de control de la conducta operante ejercido por estímulos discriminativos. En cada caso, la probabilidad de una operante es alta solo en presencia de ciertos eventos ambientales (los estímulos discriminativos) , y esa probabilidad será baja en otras condiciones. En el condicionamiento operante, se dice que los estímulos discriminativos controlan la respuesta operante. La regla que se sigue para el control de la conducta por los estímulos es la siguiente: una operante ocurrirá con alta frecuencia en presencia de un estímulo discriminativo que en el pasado acompañó la ocurrencia de una operante y estableció la ocasión para un reforzamiento.

     Para poner a una operante bajo el control de un estímulo discriminativo, es necesario reforzar su ocurrencia en presencia del estímulo y no reforzarla en su ausencia. Este procedimiento fue el que se siguió cuando se entrenó al perro a que corriera a la cocina cuando sonara el silbato.  El silbido fue un estímulo discriminativo en cuya presencia la operante (correr) fue reforzada con la comida, y por lo tanto el silbido paso a controlar la carrera. En otro ejemplo,  supóngase que queremos que el perro se siente cuando le demos una orden y que la conducta de sentarse ya se presenta frecuentemente en virtud de que ha sido reforzada con trozos de azúcar. Para colocar a la operante de sentarse bajo el control del estímulo discriminativo "siéntate" , le damos al perro un trozo de azúcar cada vez que le ordenamos "siéntate" y que en efecto el perro se siente. Al mismo tiempo, no reforzamos el sentarse a menos e que lo haga cuando se lo ordenamos. Poco a poco, el perro se irá sentando rápidamente cuando se le diga que lo haga, y muy rara vez lo hará en otras circunstancias. En el condicionamiento operante decimos que la respuesta (operante) de sentarse ha sido colocada bajo el control del estímulo discriminativo "siéntate", reforzando la respuesta en presencia de ese estímulo.

     La relación un entre un estímulo discriminativo y una operante, es fundamentalmente diferente de la relación entre un estímulo evocador y una respondiente. El control que ejerce un estímulo discriminativo sobre la operante se debe a que la respuesta ha sido reforzada en su presencia, y no a la estructura heredada por el organismo. No existe nada especial en el estímulo "siéntate", el cual tiene control sobre la respuesta de sentarse. Como tampoco hay nada especial en la operante la cual está bajo control del estímulo discriminativo "siéntate". Podemos fácilmente entrenar al perro a que se siente cuando le digamos párate y a que se pare cuando le digamos siéntate, si reforzamos las respuestas adecuadas cuando se den cada una de estas instrucciones. Esto no ocurre en el caso de la relación mecánica evocadora ente el alimento en la boca y la respuesta de la salivación. La relación operante entre un estímulo discriminativo y una operante está establecida y determinada sólo si la operante es reforzada o no en presencia del estímulo discriminativo. En el caso de la relación operante, el estímulo que va antes que ella es arbitrario. En el capítulo 4 se analizará con mayor detalle el control de la conducta ejercido por los estímulos discriminativos.

Reforzadores Condicionados

     Algunos estímulos como el agua y la comida tienen la propiedad de reforzar la conducta sin que el organismo haya tenido una experiencia previa con ellos.  Estos estímulos se denominan primarios o reforzadores incondicionados. Otros estímulos adquieren la propiedad de reforzar la conducta a lo largo de la vida del organismo. Estos últimos se denominan secundarios o reforzadores condicionados.

     Los reforzadores condicionados adquieren el poder de reforzar las operantes mediante un procedimiento parecido al que se observa en el condicionamiento respondiente. Cuando un estímulo novedoso se le presenta a un organismo repetidamente al mismo tiempo o inmediatamente antes que otro estímulo que ya posee el poder de reforzar la conducta, el estímulo novedoso podrá adquirir el poder de reforzar la conducta. Si esto sucede, se convertirá en un reforzador condicionado y la conducta que ocurre antes que él se volverá más probable en el futuro. Hay que notar que si bien el estímulo  discriminativo y el reforzador condicionado comparten el poder adquirido de incrementar la probabilidad de un respuesta, los estímulos discriminativos preceden o acompañan a la ocurrencia de una conducta, mientras que los reforzadores condicionados van después de ella, como productos o consecuencia, igual que los reforzadores primarios.

    Un ejemplo clásico de reforzamiento condicionado consiste en lograr que las fichas de pócar se conviertan en reforzadores de la conducta de un chimpancé. Al principio la conducta de un chimpancé es reforzada con uvas, las cuales son su alimento, . Si repetidamente se le permite al animal que cambie las fichas por uvas, las primeras se convierten en reforzadores condicionados. Posteriormente, las fichas podrán ser usadas para reforzar la conducta del animal. Éste podrá ser capaz de operar una máquina que proporcione las fichas. Estas se vuelven reforzadores condicionados debido a que han sido cambiadas por uvas.

     Las ocurrencias del reforzamiento condicionado, consisten de secuencias ordenadas de estímulos y respuestas a las cuales se les denomina cadenas. En nuestro ejemplo, el chimpancé opera la máquina, recibe la ficha, la cambia por una uva y finalmente se la come. La respuesta de operar la máquina se efectúa en presencia de estímulos discriminativos proporcionados por la máquina, y es reforzada con la aparición de la ficha que actúa como reforzador condicionado. La ficha es también un estímulo discriminativo (el segundo de la cadena) en cuya presencia la respuesta de cambiarla es reforzada con la aparición de una uva lo cual es otro reforzador condicionado. La uva es el tercer estímulo discriminativo de la cadena. En su presencia la respuesta de llevarla a la boca es reforzada por los estímulos reforzantes primarios proporcionados por el acto de comer la uva. La fórmula general de las cadenas es que una respuesta conduce a un estímulo en cuya presencia otra respuesta conduce a otro estímulo diferente. Cada estímulo tiene la doble función de servir como reforzador secundario, cuando refuerza la respuesta que lo precede, como estímulo discriminativo, en cuya presencia se ocasiona otra respuesta. Por lo tanto, las cadenas son secuencias ordenadas de estímulos y respuestas mantenidos en unión por estímulos que funcionan como reforzadores condicionados y  como estímulos discriminativos. En el Capítulo 5 se analizará el reforzamiento condicionado y la naturaleza de las cadenas.

     Hasta ahora hemos delineado el vasto campo del condicionamiento operante como una aproximación al estudio de la conducta y además hemos definido los elementos básicos de los estímulos y las respuestas, así como los conceptos del condicionamiento operante y del reforzamiento. Enseguida, en el Capítulo 2 examinaremos la naturaleza y la práctica de la investigación dentro del condicionamiento operante.